Es imposible dejar pasar por alto esto que estamos viendo y no indignarnos apenas un poco, o mucho, como nosotros, al leer semejante barbaridad. Es inconcebible, absurdo, incalificable, inexcusable y hasta ridículo, ver como hombres como el novio de Carolina se enojan por situaciones tan normales como estas. Porque como ella misma explica, el perreo es así y si este requiere de una agobiante maratón poronguera, saltando de chota en chota por todo el boliche, no hay razón alguna de sentir celos y hay que entender muy bien la diferencia entre perreo y gorreo.
#NoSubasEsoHDP #HombresNeciosQueAcusáisSinRazón #SinVerQueSoisLaOcasiónDeLoMismoQueCulpáis
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