Hay 2 razones muy evidentes por las cuales los comerciantes deben poner carteles como estos: La inseguridad y el agobiante calor de enero.
Ante tantos hechos de robos, la gente suele esconder el dinero en lugares realmente insólitos: dentro de las medias, en medio del rodete, en las axilas, en los huecos poplíteos, en los labios mayores, entre la dentadura postiza y el paladar o en sus transpirados escrotos. Esto termina arrojando como resultado, en todos los casos, algo más parecido a una Ballerina usada que a un billete, que de no ser por la malaria, merece ser quemado y arrojado al inodoro.
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