En esta jornada solidaria, tenemos el orgullo de confirmar que ya le hemos conseguido una escuela nocturna a la de la torta verde y ahora nos cruzamos con Diana de River, quien estaría necesitando de manera imperiosa un revocador de paredes, algo de jabón en polvo para estrenar el lavarropas y un tatuador que quiera por supuesto trabajar ad honorem, o en todo caso, algún diseñador de Photoshop que le mejore ese inexplicable Paint sobre sus extremidades.
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